18 Así que regresen a su trabajo. Y aunque no voy a darles paja, ustedes deberán entregar la misma cantidad de ladrillos.
19 Esta respuesta del rey significaba un gran problema para los jefes israelitas,
20 así que cuando se encontraron con Moisés y Aarón, que estaban esperándolos afuera,
21 les dijeron:—¡Que Dios los castigue por el mal que nos han hecho! Ahora el rey y su gente nos odian más que antes. ¡Ustedes les han dado un pretexto para que nos maten!
22 Entonces Moisés le reclamó a Dios:—Dios mío, ¿para esto me enviaste? ¿Sólo para hacer sufrir a tu pueblo?
23 Desde que vine a Egipto y le di al rey tu mensaje, él no ha dejado de maltratar a tu pueblo; sin embargo, tú todavía no nos has liberado.