1 Habían pasado once años desde que llegamos presos a Babilonia. El día primero del mes de Siván, Dios me dijo:
2 «Ezequiel, hombre mortal, diles de mi parte al rey de Egipto y a toda su gente:“¡Tu grandeza es incomparable!
3 Pareces un cedro del Líbano,cubierto de abundantes ramas.¡Con ellas tocas el cielo!
4 La lluvia y el agua del suelote han hecho crecer;los ríos que te rodeante riegan con sus corrientes,como a los árboles del bosque.
5 ”Eres el árbol más alto;con ramas altas y abundantes,pues tienes agua en abundancia.