1-2 El pueblo de Israel continuó su oración:«¡Dios nuestro,cómo quisiéramosque abrieras el cielo y bajaras,haciendo temblar las montañascon tu presencia!Así tus enemigos te reconoceríancomo el único Dios.»¡Cómo quisiéramosque bajaras como el fuegoque hace hervir el aguay quema la paja!Así las naciones temblarían ante ti.