17 ¡Que vengan los sacerdotes,los servidores de Dios!Que se paren ante el altar,y con lágrimas en los ojosoren de esta manera:“¡Dios nuestro,perdona a tu pueblo!¡No permitas que las nacionesnos desprecien y nos humillen!No permitas que con tono burlónnos pregunten:‘¿Dónde está su Dios?’”