13 »Y el sol se detuvo,y la luna no se movió,hasta que los israelitasse vengaron de sus enemigos».Esto ha quedado registrado así en el libro del Justo. El sol se quedó quieto en medio del cielo, y durante casi un día entero no se ocultó.
14 Jamás hubo ni habrá un día como éste, en que Dios escuchó los ruegos de un hombre. ¡Y es que Dios peleaba por los israelitas!
15 Después de su victoria sobre los amorreos, Josué y su ejército regresaron al campamento en Guilgal.
16 Los cinco reyes amorreos lograron escapar y fueron a esconderse en una cueva, en Maquedá.
17 Sin embargo, alguien los encontró y Josué lo supo.
18 Entonces Josué ordenó: «Hagan rodar unas piedras grandes hasta la cueva, para cerrar la entrada, y pongan unos guardias.
19 Pero ustedes no se queden ahí. Sigan al enemigo. ¡Que nadie escape a sus ciudades! Nuestro Dios nos dará la victoria sobre el enemigo».