19 Si alguno de ellos sale a la calle, morirá, y nosotros no tendremos la culpa de su muerte; pero si alguien sufre algún daño dentro de la casa, nosotros seremos los culpables.
20 No le cuentes a nadie de este trato que hemos hecho; de lo contrario, no estaremos obligados a cumplir nuestro juramento.
21 —De acuerdo —respondió ella—. Así se hará.Dicho esto, los despidió y ellos se fueron, mientras ella ataba la soga roja a la ventana.
22 Los dos espías se fueron a los cerros, y durante tres días estuvieron escondidos allí, hasta que los hombres del rey regresaron. Los habían buscado por todo el camino y no los habían encontrado.
23 Entonces los dos espías bajaron de los cerros, cruzaron el río, y volvieron a donde estaba Josué. Luego de contarle todo lo que les había pasado,
24 le dijeron:—Estamos seguros de que Dios nos ha dado todo el territorio. ¡Todos los gobernantes de esta región están muertos de miedo!