2 Dios les respondió:—Primero atacará la tribu de Judá, pues a ellos les voy a entregar ese territorio.
3 Entonces los de Judá les dijeron a los de Simeón: «Vengan con nosotros a pelear contra los cananeos. Primero iremos al territorio que nos ha tocado a nosotros, y después al de ustedes».Los de Simeón aceptaron,
4-5 así que salieron juntos a pelear, y Dios los ayudó a derrotar a los cananeos y a los ferezeos. En Bézec derrotaron a diez mil ferezeos y cananeos, entre los cuales estaba el rey Adonisédec.
6 Durante la lucha Adonisédec había escapado, pero lo persiguieron y capturaron, y le cortaron los pulgares de las manos y los dedos gordos de los pies.
7 Entonces Adonisédec dijo: «Dios ha hecho conmigo lo mismo que yo hice con setenta reyes: les corté los pulgares y los dedos gordos, y andaban bajo mi mesa recogiendo las sobras». Después, Adonisédec fue llevado a Jerusalén, y allí murió.
8 Los de Judá atacaron a Jerusalén y la conquistaron. Mataron a toda la gente de esa ciudad, y luego la incendiaron.
9 Después fueron a atacar a los cananeos que vivían en las montañas, en el desierto del sur y en la llanura.