22 Estaban pasando un rato agradable cuando, de pronto, unos hombres de la ciudad rodearon la casa y empezaron a golpear violentamente la puerta. Eran unos hombres malvados, los cuales le gritaron al dueño de la casa:—¡Qué salga el hombre que está de visita en tu casa! ¡Queremos tener relaciones sexuales con él!