6 que sus hijos y sus hijas se casaran con gente de esos pueblos, y que adoraran a sus dioses.
7 Los israelitas se olvidaron de Dios y pecaron contra él, pues adoraron las estatuas de Baal y de Astarté.
8 Por eso Dios se enojó y permitió que los conquistara Cusán-risataim, que era rey de Mesopotamia. Después de ocho años de esclavitud,
9 los israelitas le suplicaron a Dios que los salvara, y él les puso por jefe a Otoniel, sobrino de Caleb.
10 El espíritu de Dios actuó sobre Otoniel, y éste guió a los israelitas en su lucha contra Cusán-risataim. Así Dios ayudó a Otoniel a derrotar a su enemigo.
11 Después de esto hubo cuarenta años de paz en la región, hasta que murió Otoniel.
12 Como los israelitas volvieron a pecar contra Dios, él le dio a Eglón, rey de Moab, más poder que a los israelitas.