4 »Hoy mismo, nuestro Dios les mostrará que es poderoso. Por lo tanto, también deben presentarle un toro y un carnero como ofrendas para pedirle salud y bienestar, y presentar una ofrenda de cereales amasada con aceite».
5 Los israelitas llevaron ante el santuario todo lo que Moisés les ordenó. Todo el pueblo se presentó ante el altar de Dios, y allí se quedó.
6 Entonces Moisés les dijo: «Éstas son las órdenes de Dios. Si ustedes las cumplen, Dios les mostrará todo su poder».
7 Luego Moisés le dijo a Aarón: «Acércate al altar y presenta tu ofrenda para el perdón de tus pecados y quema una ofrenda en honor de nuestro Dios. Presenta también la ofrenda del pueblo, para que Dios te perdone a ti y a ellos».
8 Aarón mató el ternero, y lo presentó como ofrenda para el perdón de su propio pecado.
9 Sus hijos le acercaron la sangre del ternero, y Aarón mojó en ella su dedo para untar de sangre las puntas del altar. El resto de la sangre lo derramó sobre la base del altar.
10 Luego quemó sobre el altar la grasa, los riñones y una parte del hígado, tal como Dios se lo había ordenado a Moisés.