4 »Todo el mundo vivirá tranquilobajo la sombra de su viña,o a la sombra de su higuera,porque así Dios lo ha prometido.
5 ¡Qué importa que otras naciones adoren a sus propios dioses!¡Nosotros siempre obedeceremosa nuestro poderoso Dios!»
6-7 Así ha dicho nuestro Dios:«Mi pueblo parece un rebañode ovejas cojas y perdidas,porque está sufriendo mi castigo.Pero ya está cerca el díaen que volveré a reunirlo.Cuando llegue ese día,con los pocos que hayan quedadovolveré a hacer una gran nación,y desde mi templo en Jerusalénreinaré sobre ella para siempre.
8 »Hermoso monte de Sión,tú has sido una torre protectorapara mi amada Jerusalén;así que volverás a ser como antes,¡serás la gran capital de mi pueblo!
9-10 »Tú, Jerusalén,lloras y te retuerces de dolor,como si fueras una mujera punto de tener un hijo.Pero no hay razón para que llores;¡tienes rey y no te faltan consejeros!Más bien, lloraporque tus habitantes te abandonarány vivirán en el campo,y después serán llevados a Babilonia.Sin embargo, yo los pondré en libertad;¡yo mismo los librarédel poder de sus enemigos!
11 »Muchas naciones se han reunido,y dicen en contra tuya:“¡Ojalá podamos verla derrota de Jerusalén!”
12 »Pero esas naciones no sabenlo que tengo pensado hacer;es algo que no pueden entender:¡voy a juntarlas para hacerlas polvo!