20-21 Siempre deberán darme el primer trigo que limpien y el primer pan que horneen.
22-23 »Si no hacen lo que desde el primer día les mandé por medio de Moisés, harán lo siguiente:
24-26 »Si todo el pueblo me desobedeció, pero no era esa su intención, deben sacrificar un toro y quemarlo por completo. Deben ofrecérmelo con harina y vino. Además, ofrecerán un chivo como sacrificio para que les perdone su pecado. Así es como me agradan las ofrendas. El sacerdote presentará las ofrendas para que yo perdone a todo el pueblo de Israel y también a los extranjeros que vivan con ustedes.
27 »Si sólo fue una persona la que sin querer desobedeció, entonces me ofrecerá una cabrita de un año.
28 El sacerdote hará la ceremonia y presentará la ofrenda de esa persona, y yo la perdonaré.
29 Ésta es una ley acerca de los que pecan sin querer, y vale tanto para los israelitas como para los extranjeros.
30-31 Pero si sabe lo que yo quiero y a propósito no lo hace, esa persona me ha ofendido y se le deberá eliminar de mi pueblo».