6 Si decimos que somos amigos de Dios y, al mismo tiempo, vivimos pecando, entonces resultamos ser unos mentirosos que no obedecen a Dios.
7 Pero si vivimos en la luz, así como Dios vive en la luz, nos mantendremos unidos como hermanos y Dios perdonará nuestros pecados por medio de la sangre de su Hijo Jesús.
8 Si decimos que no hemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y no decimos la verdad.
9 Pero si reconocemos ante Dios que hemos pecado, podemos estar seguros de que él, que es justo, nos perdonará y nos limpiará de toda maldad.
10 Si decimos que nunca hemos hecho lo malo, hacemos que Dios aparezca como un mentiroso, y no hemos aceptado el mensaje que él nos ha dado.