2 Dios perdona nuestros pecados, y los de todo el mundo, porque Cristo se ofreció voluntariamente para morir por nosotros.
3 Nosotros sabemos que conocemos a Dios porque obedecemos sus mandamientos.
4 Si alguien dice: «Yo soy amigo de Dios», y no lo obedece, es un mentiroso y no dice la verdad.
5 En cambio, el que obedece lo que Dios ordena, de veras sabe amar como Dios ama, y puede estar seguro de que es amigo de Dios.
6 El que dice que es amigo de Dios debe vivir como vivió Jesús.
7 Hermanos en Cristo, no les estoy dando un mandamiento nuevo. Les estoy repitiendo un mandamiento muy antiguo, que ustedes ya conocen: se trata del mismo mandamiento que Dios les dio desde el principio.
8 Sin embargo, esto que les escribo es un mandamiento nuevo, y ya saben lo que significa, como también Cristo lo sabe. Él es la luz verdadera, que brilla cada vez más fuerte, y que hace que la oscuridad vaya disminuyendo.