3 Luego, en la visión que me mostró el Espíritu de Dios, el ángel me llevó al desierto. Allí vi a una mujer sentada sobre un monstruo de color rojo. Este monstruo, de siete cabezas y diez cuernos, tenía escritos por todo el cuerpo nombres que ofendían a Dios.
4 Aquella mujer vestía ropas de color púrpura y rojo. Se había adornado el cuerpo con oro, piedras preciosas y perlas. En su mano derecha tenía una copa de oro llena de vino. Ese vino significa que hizo mucho mal y que adoró a dioses falsos.
5 En la frente, esa mujer tenía escrito un nombre misterioso: «La gran Babilonia, madre de todas las prostitutas y de todo lo malo y odioso que hay en el mundo».
6 Luego me di cuenta de que la mujer se había bebido el vino y se había emborrachado con él. Ese vino representa la sangre del pueblo de Dios y de los que fueron asesinados por mantenerse fieles a Jesús.Esta visión me sorprendió mucho,
7 pero el ángel me dijo:«¿Por qué te sorprendes? Yo te voy a explicar el significado secreto de esta visión. Voy a decirte quién es esa mujer, y quién es el monstruo de siete cabezas y diez cuernos que ella monta.
8 »Ese monstruo que has visto es uno que antes vivía, pero que ya no existe. Sin embargo, saldrá del Abismo profundo, pero sólo para ser destruido. Y los habitantes de la tierra que no están anotados en el libro de la vida desde antes de la creación del mundo, se sorprenderán cuando vean a este monstruo. Antes estuvo vivo, y ahora ya no existe, pero regresará.
9 »Para entender esto, hace falta sabiduría: Las siete cabezas son los siete cerros sobre los cuales está sentada la mujer, y también representan a siete reyes.