6 Y de en medio de los cuatro seres vivientes oí una voz que decía: «El salario de todo un día de trabajo sólo alcanzará para comprar un kilo de trigo o tres kilos de cebada. ¡Pero no subas el precio del aceite ni del vino!»
7 Cuando el Cordero rompió el cuarto sello, oí que decía el cuarto de los seres vivientes: «¡Acércate!»
8 Después vi un caballo pálido y amarillento. El que lo montaba se llamaba Muerte, y lo seguía el representante del reino de la muerte. Y los dos recibieron poder para matar a la cuarta parte de los habitantes de este mundo, con guerras, hambres, enfermedades y ataques de animales salvajes.
9 Cuando el Cordero rompió el quinto sello, vi debajo del altar a las almas de los que habían sido asesinados por anunciar el mensaje de Dios.
10 Decían con fuerte voz: «Dios todopoderoso, tú eres santo y siempre dices la verdad. ¿Cuándo te vengarás de los que nos mataron? ¿Cuándo los castigarás?»
11 Entonces Dios les dio ropas blancas, y les dijo que debían esperar un poco más, porque aún no habían muerto todos los cristianos que debían morir como ellos.
12 Cuando el Cordero rompió el sexto sello, miré, y hubo un gran terremoto. El sol se oscureció, y la luna se puso roja como la sangre.