10 Dios nos eligió porque Jesucristo obedeció sus órdenes al morir en la cruz, y ofreció su cuerpo como sacrificio una sola vez y para siempre.
11 Aunque los sacrificios de animales no quitan el pecado, los sacerdotes judíos siguen ofreciéndolos muchas veces todos los días.
12 Pero Jesucristo le ofreció a Dios un solo sacrificio para siempre, y así nos perdonó nuestros pecados. Luego se sentó a la derecha del trono de Dios,
13 y allí estará esperando, hasta que Dios derrote a sus enemigos.
14 Porque, con un solo sacrificio, Jesucristo hizo que Dios hiciera perfectos a todos los que eligió para ser parte de su pueblo.
15 Así lo asegura el Espíritu Santo cuando dice:
16 «Por eso, éste será mi nuevo pactocon el pueblo de Israel:haré que mis enseñanzaslas aprendan de memoria,y que sean la guía de su vida.