4 Porque la sangre de los toros y de los chivos que se sacrifican no puede quitar los pecados.
5-6 Por eso, cuando Cristo vino a este mundo, le dijo a Dios:«Tú no pides sacrificiosa cambio de tu perdón;por eso me has dado un cuerpo.
7 »Por eso te dije:“Aquí me tienes,para cumplir tu voluntad.Así me lo enseñala Ley de Moisés.”»
8 En primer lugar, este salmo dice que Dios no quiere, ni le gustan, los sacrificios y las ofrendas, ni los animales quemados sobre el altar, aunque la ley manda que sean presentados.
9 Después de eso, el salmo dice que Cristo vino a cumplir la voluntad de Dios. Es decir, Cristo quitó aquellos sacrificios antiguos, y estableció uno nuevo.
10 Dios nos eligió porque Jesucristo obedeció sus órdenes al morir en la cruz, y ofreció su cuerpo como sacrificio una sola vez y para siempre.
11 Aunque los sacrificios de animales no quitan el pecado, los sacerdotes judíos siguen ofreciéndolos muchas veces todos los días.