Hechos 8:25-32-33 TLA

25 Antes de volver a Samaria, Pedro y Juan compartieron con la gente el mensaje del Señor. Después regresaron a la ciudad de Jerusalén, pero en el camino fueron anunciando a los samaritanos las buenas noticias del reino de Dios.

26 Un ángel del Señor se le apareció a Felipe y le dijo: «Prepárate para cruzar el desierto, y dirígete al sur por el camino que va de la ciudad de Jerusalén a la ciudad de Gaza.»

27-28 Felipe obedeció. En el camino se encontró con un hombre muy importante, pues era oficial y tesorero de la reina de Etiopía. Ese oficial había ido a Jerusalén para adorar a Dios, y ahora volvía a su país.El oficial iba sentado en su carruaje, leyendo el libro del profeta Isaías.

29 Entonces el Espíritu de Dios le dijo a Felipe: «Acércate al carruaje, y camina junto a él.»

30 Felipe corrió para alcanzar el carruaje. Cuando ya estuvo cerca, escuchó que el oficial leía el libro del profeta Isaías. Entonces le preguntó:—¿Entiende usted lo que está leyendo?

31 Y el oficial de Etiopía le respondió:—¿Y cómo voy a entenderlo, si no hay quien me lo explique?Dicho esto, el oficial invitó a Felipe a que subiera a su carruaje y se sentara a su lado.

32-33 En ese momento el oficial leía el pasaje que dice:«Fue llevado al matadero,como se lleva a las ovejaspara cortarles la lana.Como si fuera un cordero,él ni siquiera abrió su boca.Fue maltratado y humillado,pero nunca se quejó.»No lo trataron con justicia;no llegó a tener hijosporque le quitaron la vida.»