5 En nuestra ley, Moisés manda que a esta clase de mujeres las matemos a pedradas. ¿Tú qué opinas?
6 Ellos le hicieron esa pregunta para ponerle una trampa. Si él respondía mal, podrían acusarlo. Pero Jesús se inclinó y empezó a escribir en el suelo con su dedo.
7 Sin embargo, como no dejaban de hacerle preguntas, Jesús se levantó y les dijo:—Si alguno de ustedes nunca ha pecado, tire la primera piedra.
8 Luego, volvió a inclinarse y siguió escribiendo en el suelo.
9 Al escuchar a Jesús, todos empezaron a irse, comenzando por los más viejos, hasta que Jesús se quedó solo con la mujer.
10 Entonces Jesús se puso de pie y le dijo:—Mujer, los que te trajeron se han ido. ¡Nadie te ha condenado!
11 Ella le respondió:—Así es, Señor. Nadie me ha condenado.Jesús le dijo:—Tampoco yo te condeno. Puedes irte, pero no vuelvas a pecar.