39 Jesús también les puso esta comparación:«Un ciego no puede guiar a otro ciego, porque los dos caerían en el mismo hueco.
40 El alumno no sabe más que su maestro; pero, cuando termine sus estudios, sabrá lo mismo que él.
41 »¿Por qué te fijas en lo malo que hacen otros, y no te das cuenta de las muchas cosas malas que haces tú? Es como si te fijaras que en el ojo de alguien hay una basurita, y no te dieras cuenta de que en el tuyo hay una rama.
42 ¿Cómo te atreves a decirle al otro: “Déjame sacarte la basurita que tienes en el ojo”, si en el tuyo tienes una rama? ¡Hipócrita! Saca primero la rama que tienes en tu ojo, y así podrás ver bien para sacar la basurita que está en el ojo del otro.»
43 Jesús también les dijo:«Ningún árbol bueno produce frutos malos, y ningún árbol malo produce frutos buenos.
44 Cada árbol se conoce por los frutos que produce. De una planta de espinos no se pueden recoger higos ni uvas.
45 La gente buena siempre hace el bien, porque el bien habita en su corazón. La gente mala siempre hace el mal, porque en su corazón está el mal. Las palabras que salen de tu boca muestran lo que hay en tu corazón.»