4 Imponen mandamientos muy difíciles de cumplir, pero no hacen ni el más mínimo esfuerzo por cumplirlos.
5 Todo eso lo hacen para que la gente los vea y los admire. Por eso escriben frases de la Biblia en papelitos que guardan en cajitas de cuero, y se las ponen en la frente y en los brazos. Cada vez hacen más grandes esas cajitas y los flecos que le ponen a la ropa, para que la gente piense que son muy obedientes a Dios.
6 Cuando van a la sinagoga o asisten a fiestas, les encanta que los traten como si fueran los más importantes.
7 Les gusta que la gente los salude en el mercado con gran respeto, y que los llame maestros.
8 »Pero ustedes no esperen que la gente los llame maestros, porque ustedes son como hermanos, y tienen solamente un maestro.
9 No le digan padre a nadie, porque el único padre que ustedes tienen es Dios, que está en el cielo.
10 Tampoco esperen que la gente los trate como líderes, porque yo, el Mesías, soy su único líder.