22 porque tú has tomado a Israel por pueblo tuyo para siempre, y tú, Señor, serás su Dios.
23 “Así pues, Señor, confirma para siempre la promesa que has hecho a tu siervo y a su dinastía, y cumple lo que has dicho.
24 ¡Que tu promesa se realice fielmente, y que tu nombre sea siempre engrandecido y se diga que el Señor todopoderoso es el Dios de Israel, que él es realmente Dios para Israel! ¡Que la dinastía de tu siervo David se mantenga firme bajo tu protección!
25 Tú, Dios mío, me has hecho saber que vas a establecer mi dinastía; por eso yo, aunque solo soy tu siervo, he puesto mi súplica delante de ti.
26 Tú, Señor, eres Dios y has prometido a tu siervo tanta bondad;
27 y ahora te has dignado bendecir a la dinastía de tu siervo para que permanezca para siempre bajo tu protección. Tú, Señor, la has bendecido, y será bendita para siempre.”