8 Después de esto envió un mensaje a Joás, hijo de Joacaz y nieto de Jehú, rey de Israel, diciéndole: “Ven, y nos veremos las caras.”
9 Pero Joás le envió esta respuesta: “El cardo mandó a decir al cedro del Líbano: ‘Dale tu hija a mi hijo, para que sea su mujer.’ Pero una fiera pasó por allí y aplastó al cardo.
10 Tengo que reconocer que has derrotado a los edomitas y que eso te hace sentirte orgulloso. Muy bien, siéntete orgulloso; pero mejor será que te quedes en tu casa. ¿Por qué quieres provocar tu propia desgracia y la desgracia de Judá?”
11 Sin embargo, Amasías no le hizo caso. Entonces Joás se puso en marcha para enfrentarse con Amasías en Bet-semes, que está en territorio de Judá.
12 Y Judá fue derrotado por Israel, y cada cual huyó a su casa.
13 Joás, rey de Israel, hizo prisionero en Bet-semes a Amasías, rey de Judá, y luego se dirigió a Jerusalén, en cuyo muro abrió una brecha de ciento ochenta metros, desde la Puerta de Efraín hasta la Puerta de la Esquina.
14 Además se apoderó de todo el oro y la plata, y de todos los objetos que había en el templo del Señor y en los tesoros del palacio real. Y después de tomar a algunas personas como rehenes, regresó a Samaria.