4 Mesá, el rey de Moab, se dedicaba a criar ovejas, y tenía que entregar como tributo al rey de Israel cien mil corderos y cien mil carneros con su lana.
5 Pero una vez muerto Ahab, el rey de Moab se rebeló contra el rey de Israel.
6 Entonces el rey Joram salió de Samaria y pasó revista a todo el ejército de Israel.
7 Luego mandó a decir al rey de Judá: “El rey de Moab se ha rebelado contra mí. ¿Quieres acompañarme a luchar contra él?”El rey de Judá respondió: “Te acompañaré, pues yo, lo mismo que mi ejército y mi caballería, estamos contigo y con tu gente.
8 Pero, ¿por qué camino atacaremos?” Y Joram contestó: “Por el camino del desierto de Edom.”
9 Así pues, los reyes de Israel, Judá y Edom se pusieron en marcha. Pero como tuvieron que dar un rodeo de siete días, se les terminó el agua para el ejército y sus animales.
10 Entonces dijo el rey de Israel:–¡Vaya! Parece que el Señor nos ha traído a nosotros, los tres reyes, para entregarnos en manos de los moabitas.