13 –Dile a esta señora que ha sido tan amable con nosotros, que si podemos hacer algo por ella; que si quiere que hablemos en su favor con el rey o con el jefe del ejército.–Yo estoy bien aquí, entre mi propia gente –respondió ella.
14 –Entonces, ¿qué podemos hacer por ella?–No sé –respondió Guehazí–. No tiene hijos, y su marido es anciano.
15 –Llámala –dijo Eliseo.El criado fue a llamarla, pero ella se quedó de pie en la puerta.
16 Entonces Eliseo le dijo:–Para el año que viene, por este tiempo, tendrás un hijo en tus brazos.Ella respondió:–No, mi señor, no engañe un hombre de Dios a su servidora.
17 Pero tal como Eliseo se lo anunciara, ella quedó embarazada y al año siguiente dio a luz un hijo.
18 Y el niño creció, pero un día en que salió a ver a su padre, que estaba con los segadores,
19 comenzó a gritarle:–¡Ay, mi cabeza! ¡Me duele la cabeza!Entonces su padre dijo a un criado:–Llévalo con su madre.