14 “No explotéis al que se halle en la miseria, ni le retengáis su paga, ya sea que se trate de un compatriota vuestro o de un extranjero que habite en alguna de vuestras ciudades.
15 Pagadle su jornal el mismo día, antes de ponerse el sol, porque es pobre y necesita ese dinero para vivir. De otra manera, clamará contra vosotros al Señor y seréis culpables de pecado.
16 “Los padres no podrán ser condenados a muerte a causa de lo hecho por sus hijos, ni los hijos a causa de lo hecho por sus padres, sino que cada uno morirá por su propio pecado.
17 “No cometáis injusticia alguna con los extranjeros ni con los huérfanos, ni tampoco toméis en prenda la ropa de las viudas.
18 No olvidéis que vosotros fuisteis esclavos en Egipto y que el Señor vuestro Dios os sacó de allí; por eso os ordeno que cumpláis todo esto.
19 “Si al recoger la cosecha de vuestro campo os dejáis olvidado en él un manojo de trigo, no regreséis a buscarlo; dejadlo para que lo recoja algún extranjero de los que viven entre vosotros, o algún huérfano o alguna viuda, a fin de que el Señor vuestro Dios os bendiga en todo lo que hagáis.
20 “Cuando recojáis las aceitunas de vuestros olivos, no repaséis cada una de las ramas; las aceitunas que queden, dejadlas para los extranjeros, los huérfanos y las viudas.