3 El Señor me llevó allá, y vi un hombre que parecía de bronce. Estaba de pie a la puerta y tenía en la mano una cinta de lino y una regla para medir.
4 Aquel hombre me dijo: “Mira bien y escucha con cuidado; presta mucha atención a todo cuanto voy a mostrarte, pues Dios te ha traído aquí para que yo te lo muestre. Luego comunica al pueblo de Israel todo lo que veas.”
5 Fuera del templo había una muralla que lo rodeaba. La regla que el hombre tenía en la mano medía tres metros. Entonces midió el muro, que era de tres metros de ancho por tres de alto.
6 Luego se fue a la entrada que daba a oriente, subió los escalones y midió el umbral de la puerta, que tenía tres metros de ancho.
7 Las celdas que había a cada lado de la entrada medían cada una tres metros de largo por tres de ancho, y entre celda y celda había una distancia de dos metros y medio. Luego estaba la puerta que daba al vestíbulo, el cual miraba hacia el templo. El umbral de esta puerta tenía tres metros de ancho.
8-9 El hombre midió el vestíbulo que daba entrada al templo, y el vestíbulo medía cuatro metros. Había dos pilastras de un metro de grueso.
10 (A cada lado de la entrada oriental había tres celdas, todas del mismo tamaño, y las pilastras que había a cada lado eran también del mismo tamaño.)