3 y diles que yo, el Señor, el Dios de Israel, declaro maldito al que no obedezca los términos de este pacto.
4 Es el pacto que hice con sus antepasados cuando los saqué de Egipto, país que era para ellos como un horno de fundir hierro. Les dije: Obedecedme, haced todo lo que yo os ordene, y seréis mi pueblo y yo seré vuestro Dios.
5 Si me hacéis caso, yo cumpliré el juramento que hice a vuestros antepasados de darles una tierra, la tierra que ahora tenéis, donde la leche y la miel corren como el agua.”Y yo respondí: “Sí, Señor.”
6 Entonces el Señor me dijo: “Proclama este mensaje en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén. Di a la gente: ‘Escuchad cuáles son los términos de este pacto, y cumplidlos.
7 Cuando yo saqué de Egipto a vuestros antepasados, les advertí solemnemente que me hicieran caso, y desde entonces hasta ahora se lo he seguido advirtiendo.
8 Pero no me escucharon ni me obedecieron, sino que tercamente se dejaron llevar por las malas inclinaciones de su corazón. No quisieron cumplir los términos que yo les había ordenado, y entonces hice que les vinieran los castigos anunciados en el pacto.’ ”
9 El Señor siguió diciéndome: “La gente de Judá y los habitantes de Jerusalén conspiran contra mí.