1 El Señor se dirigió a mí y me dijo:
2 “Baja a la casa del alfarero y allí te comunicaré un mensaje.”
3 Yo, Jeremías, bajé y encontré al alfarero trabajando el barro en el torno.
4 Cuando la vasija que estaba haciendo le salía mal, volvía a hacer otra con el mismo barro, hasta que quedaba como él quería.
5 Entonces el Señor me dijo:
6 “¿Acaso no puedo hacer yo con vosotros, israelitas, lo mismo que este alfarero hace con el barro? Vosotros sois en mis manos como el barro en las manos del alfarero. Yo, el Señor, lo afirmo.