1 El Señor afirma: “¡Ay de los pastores que dejan que mis ovejas se pierdan y dispersen!”
2 El Señor, el Dios de Israel, dice a los pastores que gobiernan a su pueblo: “Vosotros habéis dispersado mis ovejas, las habéis hecho huir y no las habéis cuidado. Pues bien, yo tendré buen cuidado de castigar vuestras malas acciones. Yo, el Señor, lo afirmo.
3 Y yo mismo traeré el resto de mis ovejas de los países a donde las hice huir; las reuniré y las haré volver a sus pastos, para que tengan muchas crías.
4 Les pondré pastores que las cuiden, para que no tengan nada que temer ni falte ninguna de ellas. Yo, el Señor, lo afirmo.”