6 Pero los curaré, les daré la salud y haré que con honra disfruten de paz y seguridad.
7 Cambiaré la suerte de Judá y de Israel, y los reconstruiré para que vuelvan a ser como al principio.
8 Los purificaré de todos los pecados que cometieron contra mí; les perdonaré todas las maldades que cometieron y con las que se rebelaron contra mí.
9 Jerusalén será para mí un motivo de alegría, honor y gloria ante todas las naciones de la tierra. Cuando ellas oigan hablar de todos los beneficios que voy a traer sobre los habitantes de Jerusalén, y de toda la prosperidad que le voy a dar, temblarán de miedo.”
10 El Señor dice: “Vosotros decís que este lugar está desierto, que no hay en él hombres ni animales, que las calles de Jerusalén y las ciudades de Judá están vacías, y que nadie, ni hombres ni animales, vive allí. Pues bien, aquí se volverán a oir
11 los cantos de fiesta y alegría, y los cantos de los novios, y se oirá decir: ‘Dad gracias al Señor todopoderoso, porque el Señor es bueno, porque su amor es eterno.’ Y traerán al templo ofrendas de gratitud. Sí, yo cambiaré la suerte de este país, para que vuelva a ser como al principio. Yo, el Señor, lo afirmo.”
12 El Señor todopoderoso dice: “En este país que ahora está desierto, sin hombres ni animales, y en todas sus ciudades, volverá a haber pastos a donde los pastores llevarán sus rebaños.