30 y en el año veintitrés de Nabucodonosor, Nebuzaradán, comandante de la guardia, llevó al destierro a setecientas cuarenta y cinco de Judá. Fueron, pues, en total, cuatro mil seiscientas las personas desterradas.
31 El día veinticinco del mes doce del año treinta y siete del destierro del rey Joaquín de Judá, comenzó a reinar Evil-merodac en Babilonia. Este rey se mostró bondadoso con Joaquín: lo sacó de la cárcel,
32 lo trató bien y le dio preferencia sobre los otros reyes que estaban con él en Babilonia.
33 De esta manera, Joaquín pudo quitarse la ropa que usaba en la prisión y comer con el rey por el resto de su vida.
34 Además, durante toda su vida, hasta que murió, Joaquín recibió una pensión diaria de parte del rey de Babilonia.