16 Los dispersaré entre naciones que ni ellos ni sus padres conocieron; haré que los persigan espada en mano, hasta que no quede ni uno solo.”
17 El Señor todopoderoso dice:“¡Atención! Mandad llamar a las mujeresque tienen por oficio hacer lamentación.”
18 ¡Sí, que vengan prontoy que hagan lamentación por nosotros;que se nos llenen de lágrimas los ojosy nuestros párpados se inunden de llanto!
19 Desde Sión nos llegan ayes de dolor:¡Ay, cómo hemos quedado en ruinas!¡Qué deshonra hemos sufrido!Debemos abandonar nuestra patria,nuestros hogares, que están en ruinas.
20 Mujeres, escuchad la palabra del Señor,prestad atención a su mensaje.Enseñad a vuestras hijas a llorary a sus amigas a lamentarse así:
21 “La muerte entró en nuestros hogares,llegó a nuestros palacios;mata en las calles a los niños,y a los jóvenes en las plazas.
22 Los cadáveres de los hombres quedaron tendidoscomo estiércol en el campo,como espiga que cae detrás del segadory nadie la recoge.”El Señor lo afirma.