7 Había en el pueblo de Belén un joven forastero de la tribu de Judá, que era levita.
8 Este joven salió de Belén en busca de otro lugar donde vivir, y andando por los montes de Efraín llegó a casa de Micaías.
9 –¿De dónde vienes? –le preguntó Micaías.–Vengo de Belén –contestó el joven–. Soy levita y ando buscando dónde vivir.
10 –Pues quédate aquí conmigo –le propuso Micaías–, para que seas mi sacerdote y como mi propio padre. Yo te pagaré diez monedas de plata al año, además de ropa y comida.
11 El levita aceptó quedarse a vivir con Micaías, y llegó a ser como uno de sus hijos.
12 Micaías le hizo su sacerdote, y él se quedó a vivir allí.
13 Entonces Micaías pensó que tenía aseguradas las bendiciones de Dios, pues contaba con un levita como sacerdote.