Zacarías 11 DHHED

1 ¡Abre, Líbano, tus puertas,y que el fuego consuma tus cedros!

2 ¡Llora, oh pino,porque cayó el cedro,porque aquellos árboles hermososhan quedado destruidos!¡Gemid, encinas de Basán,porque el bosque espeso ha sido derribado!

3 Lloran a gritos los pastores,porque la hermosura de los pastosha quedado destruida.Se oye el rugido del león,porque la espesura del Jordánha quedado destruida.

5. Los dos pastores (11.4-17)

4 Esto me dijo el Señor mi Dios: “Cuida las ovejas destinadas al matadero.

5 Los compradores las matan sin sentirse culpables, y los vendedores dicen: ‘¡Gracias al Señor, ya soy rico!’ Ni siquiera sus propios pastores tienen compasión de ellas.

6 Pues, del mismo modo, tampoco yo volveré a tener compasión de la gente que vive en este país, sino que voy a entregar a cada uno en manos de su prójimo y en manos de su rey. Estos destruirán el país, y yo no salvaré de sus manos a nadie. Yo, el Señor, lo afirmo.”

7 Entonces me puse a cuidar las ovejas destinadas al matadero. Lo hice por cuenta de los tratantes. Y me conseguí dos bastones: al uno lo llamé “Bienestar” y al otro “Unión”.

8 Y en un solo mes despedí a tres pastores que habían agotado mi paciencia y que me odiaban.

9 A las ovejas les dije: “¡No volveré a ser vuestro pastor! ¡Si alguna ha de morir, que muera! ¡Si a alguna la matan, que la maten! ¡Y las que queden, que se coman unas a otras!”

10 Tomé entonces mi bastón llamado “Bienestar” y lo rompí en señal de que quedaba anulado el pacto que Dios había hecho con todas las naciones.

11 Aquel día quedó anulado el pacto, y los tratantes de ovejas, que me estaban observando, comprendieron que era el Señor quien hablaba por medio de lo que yo hacía.

12 Les dije entonces: “Si os parece bien, pagadme mi salario; y si no, dejadlo.” Y me pagaron treinta monedas de plata.

13 El Señor me dijo: “Toma esas monedas, el espléndido precio que me han puesto, y échalas en el tesoro del templo.” Yo tomé las treinta monedas y las eché en el tesoro del templo.

14 Rompí después el segundo bastón, el llamado “Unión”, y así quedó destruida la hermandad entre Judá e Israel.

15 El Señor me dijo: “Ahora hazte pasar por un pastor irresponsable.

16 Porque voy a poner sobre este país un pastor que no se preocupará por la oveja descarriada ni buscará a la perdida, que no curará a la herida ni dará de comer a la debilitada, sino que se comerá la carne de las más gordas y no dejará de ellas ni las pezuñas.

17 ¡Ay del pastor inútil que abandona el rebaño! ¡Que caiga la espada sobre su brazo y sobre su ojo derecho! ¡Que se le quede seco el brazo y completamente ciego el ojo!”

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