6 y cuando coméis y bebéis, lo hacéis para vuestro propio provecho.’ ”
7 ¿Acaso no son estas las mismas palabras que el Señor pronunció por medio de los antiguos profetas, cuando Jerusalén estaba en paz y llena de gente, y lo estaban también las ciudades de alrededor y las regiones del Négueb y la llanura?
8 El Señor se dirigió al profeta Zacarías y le dijo:
9 “Esto es lo que yo ordeno: Sed rectos en vuestros juicios, y bondadosos y compasivos unos con otros.
10 No oprimáis a las viudas, ni a los huérfanos, ni a los extranjeros, ni a los pobres. No penséis en cómo haceros daño unos a otros.”
11 Pero el pueblo se negó a obedecer. Todos volvieron la espalda y se hicieron los sordos.
12 Endurecieron su corazón como el diamante, para no escuchar la enseñanza y los mandatos que el Señor todopoderoso comunicó por su espíritu, por medio de los antiguos profetas.Por eso, el Señor se enojó mucho