6 Porque si estamos unidos a Cristo Jesús, de nada vale estar o no estar circuncidados. Lo que realmente vale es tener fe y que esa fe nos haga vivir con amor.
7 Vosotros marchabais bien. ¿Quién, pues, hizo que dejarais de obedecer a la verdad?
8 No fue Dios, que os ha llamado.
9 Se dice que “un poco de levadura hace fermentar toda la masa”,
10 y yo tengo confianza en el Señor de que no vais a pensar de otro modo. Pero Dios castigará a ese que os anda perturbando, quienquiera que sea.
11 Por lo que a mí respecta, hermanos, si todavía insistiera en que los creyentes se circunciden, los judíos no me perseguirían, ya que en ese caso el mensaje de la cruz de Cristo no los ofendería.
12 En cuanto a esos que os andan perturbando, ¡ojalá se castren de una vez!