22 Pero si otro más fuerte que él llega y le vence, le quita las armas en las que confiaba y reparte sus bienes como botín.
23 “El que no está conmigo está contra mí; y el que conmigo no recoge, desparrama.
24 “Cuando un espíritu impuro sale de un hombre, anda por lugares desiertos en busca de descanso; pero, no encontrándolo, piensa: ‘Regresaré a mi casa, de donde salí.’
25 Al llegar, encuentra la casa barrida y arreglada.
26 Entonces va y reúne otros siete espíritus peores que él y todos juntos se meten a vivir en aquel hombre, que al final queda peor que al principio.”
27 Mientras Jesús decía estas cosas, una mujer gritó de en medio de la gente:–¡Dichosa la mujer que te dio a luz y te crió!
28 Él contestó:–¡Dichosos más bien los que escuchan el mensaje de Dios y le obedecen!