28 Si alguno de vosotros quiere construir una torre, ¿acaso no se sentará primero a calcular los gastos y ver si tiene dinero para terminarla?
29 No sea que, una vez puestos los cimientos, si no puede terminarla, todos los que lo vean comiencen a burlarse de él,
30 diciendo: ‘Este hombre empezó a construir, pero no pudo terminar.’
31 O si un rey tiene que ir a la guerra contra otro rey, ¿no se sentará primero a calcular si con diez mil soldados podrá hacer frente a quien va a atacarle con veinte mil?
32 Y si no puede hacerle frente, cuando el otro rey esté todavía lejos le enviará mensajeros a pedirle la paz.
33 Así pues, cualquiera de vosotros que no renuncie a todo lo que tiene no puede ser mi discípulo.
34 “La sal es buena; pero si deja de ser salada, ¿cómo volverá a ser útil?