18 Volveré a la casa de mi padre y le diré: Padre, he pecado contra Dios y contra ti,
19 y ya no merezco llamarme tu hijo: trátame como a uno de tus trabajadores.’
20 Así que se puso en camino y regresó a casa de su padre.“Todavía estaba lejos, cuando su padre le vio; y sintiendo compasión de él corrió a su encuentro y le recibió con abrazos y besos.
21 El hijo le dijo: ‘Padre, he pecado contra Dios y contra ti, y ya no merezco llamarme tu hijo.’
22 Pero el padre ordenó a sus criados: ‘Sacad en seguida las mejores ropas y vestidlo; ponedle también un anillo en el dedo y sandalias en los pies.
23 Traed el becerro cebado y matadlo. ¡Vamos a comer y a hacer fiesta,
24 porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a vivir; se había perdido y le hemos encontrado!’ Y comenzaron, pues, a hacer fiesta.