34 Ellos contestaron:–Porque el Señor lo necesita.
35 Se lo llevaron a Jesús, cubrieron el asno con sus capas e hicieron que Jesús montara en él.
36 Conforme Jesús avanzaba, la gente tendía sus capas por el camino.
37 Y al acercarse a la bajada del monte de los Olivos, todos sus seguidores comenzaron a gritar de alegría y a alabar a Dios por todos los milagros que habían visto.
38 Decían:–¡Bendito el Rey que viene en el nombre del Señor! ¡Paz en el cielo y gloria en las alturas!
39 Entonces algunos fariseos que se hallaban entre la gente le dijeron:–Maestro, reprende a tus seguidores.
40 Pero Jesús les contestó:–Os digo que si estos callan, las piedras gritarán.