37 Y al acercarse a la bajada del monte de los Olivos, todos sus seguidores comenzaron a gritar de alegría y a alabar a Dios por todos los milagros que habían visto.
38 Decían:–¡Bendito el Rey que viene en el nombre del Señor! ¡Paz en el cielo y gloria en las alturas!
39 Entonces algunos fariseos que se hallaban entre la gente le dijeron:–Maestro, reprende a tus seguidores.
40 Pero Jesús les contestó:–Os digo que si estos callan, las piedras gritarán.
41 Cuando llegó cerca de Jerusalén, al ver la ciudad, lloró por ella
42 y dijo: “¡Si entendieras siquiera en este día lo que puede darte paz!... Pero ahora eso te está oculto y no puedes verlo.
43 Pues van a venir días malos para ti, en los que tus enemigos te cercarán con barricadas, te sitiarán, te atacarán por todas partes