1 Un día, mientras Jesús estaba en el templo enseñando a la gente y anunciando la buena noticia, llegaron los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley, junto con los ancianos,
2 y le preguntaron:–¿Con qué autoridad haces estas cosas? ¿Quién te ha dado esa autoridad?
3 Jesús les contestó:–Yo también os voy a hacer una pregunta. Respondedme:
4 ¿Quién envió a Juan a bautizar: Dios o los hombres?
5 Empezaron a discutir unos con otros: “Si respondemos que lo envió Dios, él nos dirá: ‘¿Por qué no le creísteis?’
6 Y si decimos que fueron los hombres, la gente nos matará a pedradas, porque todos están convencidos de que Juan era un profeta.”
7 Así pues, respondieron que no sabían quién había enviado a Juan a bautizar.