35 pero los que merezcan llegar a aquel otro mundo y resucitar, sean hombres o mujeres, ya no se casarán,
36 puesto que ya tampoco podrán morir. Serán como los ángeles, y serán hijos de Dios por haber resucitado.
37 Hasta el mismo Moisés, en el pasaje de la zarza ardiendo, nos hace saber que los muertos resucitan. Allí dice que el Señor es el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob.
38 ¡Y Dios no es Dios de muertos, sino de vivos, pues para él todos están vivos!
39 Algunos maestros de la ley dijeron entonces:–Bien dicho, Maestro.
40 Y ya no se atrevieron a hacerle más preguntas.
41 Jesús les preguntó:–¿Por qué se dice que el Mesías desciende de David?