7 y los maestros de la ley y los fariseos espiaban a Jesús, por ver si lo sanaría en sábado y tener así algún pretexto para acusarle.
8 Pero él, sabiendo lo que estaban pensando, dijo al hombre de la mano tullida:–Levántate y ponte ahí en medio.El hombre se levantó y se puso de pie,
9 y Jesús dijo a los demás:–Os voy a hacer una pregunta: ¿Qué está permitido hacer en sábado, el bien o el mal? ¿Salvar una vida o destruirla?
10 Luego miró a todos los que le rodeaban y dijo a aquel hombre:–Extiende la mano.El hombre la extendió y su mano quedó sana.
11 Pero los demás se llenaron de ira y comenzaron a discutir lo que podrían hacer contra Jesús.
12 Por aquellos días, Jesús se fue a un cerro a orar, y pasó toda la noche orando a Dios.
13 Cuando se hizo de día, reunió a sus discípulos y escogió a doce de ellos, a los cuales llamó apóstoles.