45 No me besaste, pero ella, desde que entré, no ha dejado de besarme los pies.
46 No derramaste aceite sobre mi cabeza, pero ella ha derramado perfume sobre mis pies.
47 Por esto te digo que sus muchos pecados le son perdonados, porque amó mucho; pero aquel a quien poco se perdona, poco amor manifiesta.
48 Luego dijo a la mujer:–Tus pecados te son perdonados.
49 Los otros invitados que estaban allí comenzaron a preguntarse:–¿Quién es este que hasta perdona pecados?
50 Pero Jesús añadió, dirigiéndose a la mujer:–Por tu fe has sido salvada. Vete tranquila.