35 La gente salió a ver lo que había pasado. Y cuando llegaron a donde estaba Jesús, encontraron sentado a sus pies, vestido y en su cabal juicio, al hombre de quien habían salido los demonios; y tuvieron miedo.
36 Los que habían visto lo sucedido, les contaron cómo había sido curado aquel endemoniado.
37 Toda la gente de la región de Gerasa comenzó entonces a rogar a Jesús que se marchara de allí, porque tenían mucho miedo. Así que Jesús entró en la barca y se fue.
38 El hombre de quien habían salido los demonios le rogó que le permitiera ir con él, pero Jesús le ordenó que se quedase. Le dijo:
39 –Vuelve a tu casa y cuenta todo lo que Dios ha hecho por ti.El hombre se fue y contó por todo el pueblo lo que Jesús había hecho por él.
40 Cuando Jesús regresó al otro lado del lago, la gente le recibió con alegría, porque todos le estaban esperando.
41 En esto llegó uno llamado Jairo, que era jefe de la sinagoga. Este hombre se echó a los pies de Jesús suplicándole que fuera a su casa,