25 Jesús, que sabía lo que estaban pensando, les dijo: “Toda nación dividida en bandos enemigos se destruye a sí misma, y una ciudad o una casa dividida en bandos no puede mantenerse.
26 Por lo tanto, si Satanás expulsa a Satanás, contra sí mismo se ha dividido. ¿Cómo, pues, mantendrá su poder?
27 Vosotros decís que yo expulso a los demonios por el poder de Beelzebú; pero si es así, ¿quién da a vuestros seguidores el poder para expulsarlos? Por eso, ellos mismos demuestran que estáis equivocados.
28 Pero si yo expulso a los demonios por el poder del Espíritu de Dios, es que el reino de Dios ya ha llegado a vosotros.
29 “¿Cómo podrá entrar alguien en la casa de un hombre fuerte y robarle sus bienes, si antes no lo ata? Solamente así podrá robárselos.
30 “El que no está conmigo, está contra mí; y el que conmigo no recoge, desparrama.
31 “Por eso os digo que Dios perdonará a los hombres todos los pecados y todo lo malo que digan, pero no les perdonará que con sus palabras ofendan al Espíritu Santo.