30 Pero el otro no quiso, sino que le hizo meter en la cárcel hasta que pagara la deuda.
31 Esto disgustó mucho a los demás compañeros, que fueron a contar al rey todo lo sucedido.
32 El rey entonces le mandó llamar y le dijo: ‘¡Malvado!, yo te perdoné toda aquella deuda porque me lo rogaste.
33 Pues también tú debiste tener compasión de tu compañero, del mismo modo que yo tuve compasión de ti.’
34 Tanto se indignó el rey, que ordenó castigarle hasta que pagara toda la deuda.”
35 Jesús añadió:–Esto mismo hará con vosotros mi Padre celestial, si cada uno no perdona de corazón a su hermano.